Podría decirse que su tipo de piel es el factor más importante a considerar al crear una rutina de cuidado de la piel . Hay cinco tipos principales de piel (grasa, normal, mixta, seca y sensible) y cada uno tiene su propio conjunto de beneficios y desafíos.
¿Cuáles son los cinco tipos básicos de piel?
Como mencionamos anteriormente, existen cinco tipos de piel básicos. Aquí le daremos un resumen rápido de cada uno.
- Piel grasa : La piel grasa se caracteriza por una producción superior a la media de sebo, el aceite natural de la piel.
- Piel seca : La piel seca es lo opuesto a la piel grasa: es la piel que no tiene suficiente grasa.
- Piel mixta : La piel mixta como la piel que muestra dos o más características definitorias, como sequedad y grasa, en diferentes áreas.
- Piel sensible : la piel sensible se caracteriza por una mayor sensibilidad a los factores estresantes, incluidos algunos productos para el cuidado de la piel.
- Piel normal : si bien diríamos que toda la piel es normal, en el cuidado de la piel, normal se refiere específicamente a la piel que está bien equilibrada y no muestra problemas cutáneos persistentes .
Guía rápida: Determinando tu tipo de piel y sus necesidades específicas
Conocer tu tipo de piel es sólo una parte de la ecuación: también necesitas saber cómo satisfacer las necesidades primarias de tu tipo de piel. Te contamos más:
Piel grasosa: Si tienes la piel grasa, querrás buscar productos que proporcionen una hidratación ligera y ayuden a absorber el exceso de grasa sin dañar la barrera de humedad natural de la piel , que sirve como la primera línea de defensa entre tú y el mundo exterior.
Piel seca: Si bien la sequedad y la deshidratación son dos cosas diferentes, la falta de grasa presente en la piel seca la hace menos capaz de retener agua. Sin suficiente humedad, la barrera natural de humedad de la piel no puede funcionar con la eficacia necesaria.
Piel mixta: La piel mixta puede ser difícil de cuidar, ya que no se trata de una sola preocupación, sino de varias preocupaciones contradictorias (al mismo tiempo). Por lo general, recomendamos a las personas con este tipo de piel que opten por tratamientos suaves que proporcionen una hidratación ligera sin apelmazar ni resecar la piel.
Piel sensible: Los expertos generalmente coinciden en que la sensibilidad se debe en última instancia a una alteración en la barrera natural de humedad de la piel. Cuando la barrera no funciona correctamente, los factores estresantes que debería poder resistir pueden traspasar las defensas debilitadas de la piel y causar estragos, provocando enrojecimiento y malestar.
Piel normal: Por último, pero no menos importante, está la piel normal, el tipo de piel más fácil de cuidar. Dado que las personas con piel normal no tienen preocupaciones importantes que abordar, sus prioridades deberían ser simplemente mantener el equilibrio natural de su piel.
Te invitamos a que veas todos nuestros productos y los pruebes tú mismo, si tienes dudas no olvides consultarnos.